Una de las principales consecuencias de lo "revolucionario" del programa fue la audiencia que cosechó. La entrevista popular al Presidente del Gobierno fue el espacio más visto del día: a lo largo de sus dos horas de duración obtuvo una media de 5.834.000 espectadores (el 30,3 % de cuota de pantalla). No obstante, se registró un pico de audiencia en el que 7.281.000 personas (34,5 % de share) llegaron a ver el programa. En ello coinciden El Mundo, 20 Minutos y El País. ABC corroboró ambos datos e informó de que el espacio interesó más a los adultos de más de 45 años y, sobre todo, a los mayores de 65 y que hombres y mujeres constituyeron por igual el público que siguió la entrevista.
Con respecto a la valoración de la actuación de Zapatero, muchas son las opiniones. Según informa El Mundo, el propio Lorenzo Milá (presentador del programa) lamentó que el Presidente no utilizara un estilo más cercano a la gente de a pie que le hacía preguntas. El mismo parecer tiene Cecilia García, que en su artículo de La Razón afirma que las respuestas del líder socialista fueron demasiado abstractas frente a las cuestiones concretas que los ciudadanos planteaban.
Algunos calificaron Tengo una pregunta para usted, señor Presidente como un espacio aburrido. Esta opinión comparten los autores de blogs como Enciende y vámonos (de la sección de blogs de ABC) o Las crónicas de metrópolis (hallado en los comentarios que los lectores de El País hicieron sobre el acontecimiento). J. Coltrame, que escribe en el segundo de ellos, destaca que el programa cayó en el tópico del «los ciudadanos se quejan de sus problemas y los políticos se promocionan anunciando medidas para solucionarlos».
Otras críticas lanzadas contra la entrevista popular son más concretas. El autor del blog Bardo Negro (que figuraba entre uno de los muchos que dejaron su opinión en El País) recalcó en él la nula capacidad de debate planteada por el programa de RTVE y su impotencia acerca del tema de la vivienda: afirma que no necesita ayudas para comprar una vivienda, sino políticos que sancionen a los especuladores. En la sección El Puntazo de La Razón se podían leer ataques al Presidente referentes a su desconocimiento del precio de las hipotecas, a la falta de veracidad de sus respuestas, a la decepción que ha causado entre los jóvenes o a que su percepción de la realidad dista mucho del ambiente que se respira en España.
El aparentemente absurdo precio de un café fue uno de los aspectos más destacados del programa a escala nacional. El artículo de opinión aparecido en ABC bajo el título Un café, cuestión de Estado parodia la trascendencia que adquirió la pregunta de cuánto creía Zapatero que costaba un café con leche con su correspondiente respuesta. Lo cierto es que esto resonó al día siguiente en el ámbito político, mediático y social de toda España. Por su parte, en el artículo 80 céntimos (publicado en el mismo periódico), Ignacio Camacho utiliza el desconocimiento de ZP para subrayar el abismo que existe entre los políticos y la ciudadanía. También arremete contra la actitud típica de quienes viven aislados de la realidad social (a pesar de manejarla) y desean pasar por ciudadanos normales.
Pies de foto: arriba, Zp en un momento de su intervención. Abajo, el ciudadano que preguntó al Presidente por el precio de un café en España.
Quienes no hayan podido seguir el programa, pueden consultar un fragmento del mismo en este vídeo de Youtube.